Compartiendo sabiduría con el Movimiento Cuarto Mundo : más allá de lo verde
Te estoy poniendo verde, es mucho más que una iniciativa de jardinería y agroecología. Sosteniendo nuestro proyecto hay todo un argumentario construido por nuestras diversas experiencias profesionales y personales, por nuestras motivaciones vitales. Las TEPV somos activistas en pro de la transformación social; el conocimiento y el cuidado del medioambiente está ligado a las personas y a los proyectos sociales.
A través de nuestros proyectos nos gusta hablar de los temas que nos inspiran y también nos preocupan. No todos los proyectos nos permiten hacer esto, claro está. Este sí.
Cuarto Mundo es un movimiento que tiene como objetivo garantizar el acceso de quienes viven en la extrema pobreza al ejercicio de sus derechos promoviendo su participación. Su propuesta fue realizar tres sesiones con el grupo basándonos en unos de nuestros lemas: todas las personas tenemos derecho a un jardín, independientemente de nuestros recursos. Así que nos pusimos manos a la obra para diseñar unos talleres lo más operativos posibles, para compartir conocimiento, pero también para generar un proceso de creación colectiva y lograr integrar esta temática en sus actividades y en su local.
PRIMERA SESIÓN: LA ESCUCHA. 
Esta primera sesión se caracterizó por escuchar a los y las participantes sobre su relación con las plantas y la naturaleza, ¿Cuáles son los beneficios de las plantas? ¿Qué nos aportan? ¿Por qué nos gusta tanto el contacto con la naturaleza, con la tierra? ¿Qué sabemos de ellas y de sus cuidados? Desde ahí es desde donde trabajamos, identificamos cuáles eras sus expectativas de los talleres, sus conocimientos, para ver dónde debíamos incidir más.
Aprovechamos esta primera sesión para hacer un acercamiento al mundo verde compartiendo algunas pautas básicas: cómo identificar plantas de interior o de exterior, cómo saber si disponemos de la luz suficiente, del espacio y, sobre todo, qué nos gustaría tener tanto en casa como en el local de Cuarto Mundo.
Para terminar, tocar la tierra, que siempre nos gusta y aprendemos mucho. Esta vez aprendimos sobre la reproducción por semillas. Llevamos semillas de caléndulas, de tagetes, y algún experimento que teníamos en casa con huesos de aguacates. Cada participante pudo llevarse una maceta con semillas plantadas . El espacio ya había empezado a transformarse.
SEGUNDA SESIÓN: COMENZAMOS CON EL VIVERO COLECTIVO
Nos encantan los viveros colectivos a través de intercambio de plantas. El segundo día llegamos al local de Cuarto Mundo convertidas en «Las reinas del esqueje y los plantones», casi todas de nuestras casas y de donaciones de la Huerta de Tetuán. El grupo también se había animado y nos encontramos con una gran variedad de esquejes y también de muchos experimentos que están haciendo en sus casas.
¡Que gozada ver la mesa llena de verde!
Antes de aprender a hacer esquejes, había que identificar las especies y clasificarlas. Conocer las plantas que tenemos o nos regalan es fundamental para su cuidado y la toma de decisiones, ¿dónde las ponemos? ¿necesitan mucho espacio?, ¿mucho riego?.
Comienza el juego para clasificar:
¿Cuáles son de interior y de exterior? ¿ Cuáles son comestibles? ¿ Pensáis que alguna es colgante? ¿Son del tipo suculenta? ¿Alguna tiene otro uso? ¿quizás medicinal?
Mientras, las vamos marcando y cada persona va eligiendo cuál quiere llevarse a su casa o para regalar. El resto tienen otro objetivo. Además de decorar la sede de Cuarto Mundo, ya tenemos otro resultado: intercambio de plantas con los vecinos y vecinas del barrio.
Una vez identificadas, hablamos sobre dónde plantarlas e ideas para optimizar recursos: llevamos latas, tarros de cristal y botellas, entre otros, y aprovechamos para contarles la importancia del drenaje, cómo hacerlo y de los diferentes tipos de sustrato.
Plantamos todas, algunas por esquejes, otras por división de matas y otras con semillas, y a preparar la tercera sesión.
TERCERA SESIÓN: EL HUERTO.
Desde el primer momento propusimos que la tercera y última sesión fuera al aire libre en algún lugar donde poder poner en práctica lo aprendido y conocer otros espacios del barrio. Contactamos con una Huerta del barrio «El jardín de libros nómadas» gestionada por la Asociación «La Higuera y el Almendro» y allí que nos fuimos.
El objetivo era mostrar los diferentes elementos que puedes encontrar en una huerta: cultivo, planta ornamental, aromáticas, hoteles de insectos, flores silvestres, y también conocer el funcionamiento de la misma. Nos contaron un montón de cosas del proyecto y de las actividades que realizan en el barrio y cómo trabajan la tierra: la aplicación de la técnica de asociación de cultivos, combatiendo las plagas con remedios caseros y con mucha experimentación. Fue un gusto poder oler, tocar, llevarnos esquejes, y morirnos de envidia con las enormes lechugas que les salen.
Luego tocaba la despedida y la evaluación/reflexión. Fue un placer escucharnos las unas a las otras sobre lo que habíamos aprendido, el buen rato que habíamos pasado durante las sesiones, dejando a un lado los problemas y centrándonos en el taller y en lo que surge de él. Tuvimos también una bonita e intensa reflexión sobre cómo participar en espacios colectivos, cómo son los huertos comunitarios o vecinales, qué esperamos cada persona de este tipo de proyectos, cómo se sienten las personas con menos recursos invisibilizadas permanentemente y con dificultades muchas veces para participar.
La verdad es que les hemos puesto muy verdes pero ellos a nosotras también, os lo aseguramos, hemos aprendido mucho. Gracias, ahora les toca poner verde su barrio.