Ciudad verde, gente feliz

Este lema que nos acompaña desde el nacimiento de nuestro proyecto, tiene hoy más sentido y fuerza que nunca.

Estos días quien tiene un árbol enfrente de casa, tiene un tesoro. Un pequeño rincón verde en el interior, la ventana o el balcón, nos está ayudando a sobrellevar la situación. Ésta que nos ha empujado a tomar conciencia de lo mucho que necesitamos la naturaleza, a nivel físico y mental, y, en muchos casos, a darnos cuenta de lo poco accesible que es en las ciudades.

Autora: Verónica P. Granado

El contacto con la naturaleza tiene en  las personas un efecto positivo, seduce a todos los sentidos. Un espacio verde nos gusta porque embellece, huele bien, puede tocarse trabajando la tierra, podemos comer y cocinar con lo que plantamos. Pero, además, las plantas nos ayudan al cuidado del planeta, ampliando los sumideros de CO2. Con espacios de naturación y agricultura urbana mitigamos la contaminación y el cambio climático, conservamos nuestra biodiversidad con el cultivo de plantas autóctonas y recuperando semillas tradicionales.

En TE ESTOY PONIENDO VERDE nos sumamos al reto de mejorar nuestros entornos y apostamos por la participación de la ciudadanía en actividades de naturación urbana e iniciativas que mejoran las relaciones sociales y con la naturaleza y pueden hacer una ciudad más humana, amable y habitable.

Trabajamos con la jardinería como eje para reverdecer nuestras ciudades y también a través de la agroecología, del consumo responsable, de la proximidad. Conceptos que, creemos, mejoran nuestra calidad de vida y nuestro medioambiente.

Esto nos lleva a diversificarnos y formar parte de otros proyectos con los que visibilizar y apoyar a  personas con nuestra misma filosofía. Porque trabajar en red es crear un ecosistema en el que aunar fuerzas para mejorar las cosas.

 

Iniciativas como LA HUERTA DE TETUÁN y LA COLMENA DE TETUÁN nos acercan el campo a la ciudad y nos dan la oportunidad de saber cómo se producen nuestros alimentos, quién hay detrás de ellos y apoyar a productoras y productores que contribuyen con su forma de hacer a un modelo de alimentación más sostenible y responsable con nuestro planeta y nuestra salud.

Hoy, TEPV ha querido sumarse a La Colmena para hacer llegar a sus consumidores y consumidoras de productos locales, una de las herramientas más poderosas que existen. Con la que empieza todo.

Hemos regalado semillas  de Tagetes, Albahacas y Girasoles para iniciar el proceso de naturalización de nuestras ciudades. Un pequeño gesto que puede ser el comienzo de una gran acción.

Como ya hemos dicho, todo es posible con la información necesaria. Os dejamos los pasos a seguir para empezar a germinar ciudades verdes llenas de gente feliz.

 

Tenemos 2 formas de hacer brotar nuestras semillas:

– Hacer un semillero para luego trasplantarlas al lugar definitivo.

– Sembrar directamente en una maceta, jardinera o el suelo.

 

¿Cómo hacer un semillero?

Un  semillero nos permite un seguimiento y cuidado más precisos que si sembramos directamente en una maceta grande con mucha tierra.

Podemos dosificar mejor el agua o protegerla.

El primer paso es hacerse con el recipiente adecuado para sembrar.

Existen bandejas para ello que se pueden comprar en casi todos los centros de jardinería pero nosotras os animamos a reciclar.

Somos muy fans, por la forma y tamaño, de las hueveras.

Rellena con tierra cada hueco. Déjala suelta para que las raíces puedan crecer.

Siembra 2-3 semillas a una profundidad de dos veces su tamaño, aproximadamente, en cada hueco.

Riega a continuación con pulverizador para no encharcarla y que no flote.

Mantén la tierra húmeda pulverizando cada 1-2 días. Observa primero que se haya secado la tierra un poquito desde el riego anterior.

Cuando tenga 3-4 hojas la puedes trasplantar. Si te da miedo porque aún es frágil puedes esperar un poquito pero procura que no sea más grande la planta que el espacio para sus raíces.

 

Sembrar directamente.

Entierra 2-3 semillas a una profundidad de 2 veces su tamaño y riega con cuidado para que no flote y  se salga de la tierra.  Para volver a regar, espera a que se seque ligeramente la superficie porque al tener más tierra que en el semillero retiene más agua.

 

¡Manos a la tierra!

 

 

*Gracias por tus #dibupensamientos, Olga Berrios. Tú también mejoras nuestra vida.

2020-05-01T10:04:25+00:00